Con la llegada de los españoles los artesanos nativos mexicanos fueron perseguidos y sus conocimientos casi destruidos, todo debido a que muchos de sus diseños y técnicas estaban relacionados con las prácticas religiosas prehispánicas, y que los españoles querían reemplazar con el cristianismo.

Para el periodo del Porfiriato, las artesanías y en general todo lo que era nativamente mexicano era desechado a favor del estilo francés. Las clases más altas y las autoridades gubernamentales despreciaban su producción y consumo.

A finales de la revolución, muchos de los intelectuales, artistas y políticos en un intento por promover la identidad y economía nacional incentivaron el gusto por los productos elaborados localmente. Pero la apreciación que los mismos mexicanos tenían sobre sus productos era evidentemente mala.

Para 1950 y 1980, los mexicanos mostraban mayor preferencia por los productos hechos en masa, con un falso deseo por ser parte de una cultura nacional progresiva.

Actualmente vivimos en un mundo altamente globalizado, lo que nos permite tener a nuestro alcance todo tipo de productos provenientes de cualquier parte y de forma casi inmediata.

Y si sumamos a esto nuestro interés de preferir el consumo de productos extranjeros, debido en gran medida a la ideología cultural falsa de nuestra historia, coloca a nuestra generación en una posición de responsabilidad social para incentivar el consumo de lo hecho en México.

La inactividad del resguardo que se está dando en estos momentos a nivel mundial nos exhorta a ser solidarios para incentivar el consumo local.

Según datos del INEGI, el 78% de los empleos remunerados en México son generados por micro, pequeñas y medianas empresas, las famosas Pymes, y estas a su vez constituyen el 99.8% de las empresas de todo el país, por lo que adquirir productos y servicios locales contribuye a mantener y desarrollar la economía de la zona.

Además se refleja a nivel medio ambiental, pues al no ser necesario trasladar a gran distancia los productos o servicios, no se hace uso de emisores de CO2 lo cual ayuda al cambio climático.

Es tiempo de apoyarnos entre nosotros mismos, para que la economía y empleo de los nuestros se salve en la medida de lo posible. Apoyemos y fomentemos el consumo de productos locales, productos orgullosamente mexicanos.

“La calidad de los productos creados por manos mexicanas tiene el estándar suficiente para competir con otros a nivel internacional”

Zaide Solís, fundadora y directora de Mexico Presenta

Ruth Aguiñaga
28/03/2020

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